10 de Cebrail de 1790 – Un constructo mágico sintiente conocido como Nigoda se ha materializado en el polo manufacturero de Patali, causando un caos considerable y un número indeterminado de desapariciones. El Maharajanato de Lemuria [1] ha emitido una urgente advertencia de seguridad pública, mientras que la corporación extraterritorial Pantagruel Inc. [2] ha sido acusada de minimizar la crisis para mantener la producción.
El distrito manufacturero de Patali es un vasto centro industrial y un motor económico vital dentro del Maharajanato de Lemuria. Aunque se halla dentro de las fronteras nacionales, el distrito opera bajo el control extraterritorial de Pantagruel Inc. Patali es un nudo tanto de poder industrial como de energía mística; su maquinaria y sus cadenas de suministro dependen en gran medida de redes estables de tortura de Orgón y de conexiones de magia simpática que se entrecruzan por la región. Ese delicado equilibrio entre magia e industria está ahora en entredicho.
El delicado equilibrio entre magia y maquinaria en el distrito manufacturero de Patali está en riesgo. La presencia del Nigoda ha alterado las redes vitales de Orgón que alimentan tanto a la industria como a las prácticas místicas (Crédito: Kenomitian).
Una amenaza antigua y hasta ahora inactiva ha irrumpido de pronto en el mundo. El suceso ha abierto una profunda brecha entre la respuesta del Sacerdocio Dharmista —con autoridad espiritual y cívica— y la de Pantagruel Inc., volcada ante todo en su rendimiento económico. La ciudadanía queda atrapada entre el deber sagrado de proteger el alma y el mandato corporativo de seguir trabajando.
La aparición del Nigoda fue súbita y sin aviso, materializándose cerca de una cámara de tortura principal del complejo industrial. Testigos presenciales describen una grotesca torre de materia discordante que se teletransporta: gemas, grava, arena, barro, humo y sombras, todo ello tejido con incontables insectos. Los primeros informes de obreros aterrorizados hablaban de un constructo que devora cuanto halla a su paso, desde materias primas hasta seres vivos. El Nigoda no se limita a destruir; absorbe y digiere, un proceso fatal sin remedio conocido.
Pánico en Patali: un constructo mágico consciente, conocido como Nigoda, se materializa de forma abrupta en el núcleo manufacturero, amenazando tanto la producción como el bienestar espiritual de la población (Crédito: Kenomitian).
Más Allá de las Palabras Escritas
La consecuencia inmediata fue el pánico generalizado. La actividad en varios sectores clave del polo se detuvo cuando los trabajadores, temiendo por su vida, abandonaron sus puestos. La interrupción se propagó por las cadenas de suministro, paralizando el movimiento de recursos críticos. Un número significativo —aún sin confirmar— de empleados de Pantagruel figura como desaparecido. Las partidas de búsqueda organizadas por los equipos de seguridad de la megacorporación no han tenido éxito hasta ahora y han recibido una orden clara: evitar a toda costa la zona del Nigoda. La naturaleza impredecible del constructo lo convierte en una amenaza constante e incontrolable, capaz de surgir en cualquier lugar y en cualquier momento.
El éxodo frenético de trabajadores desde el polo de Patali revela la verdadera magnitud de la amenaza Nigoda. Numerosos empleados figuran como desaparecidos y la seguridad corporativa es incapaz de contener a la entidad ultramundana (Crédito: Kenomitian).
En respuesta a la crisis, el Sacerdocio Dharmista difundió de inmediato una alerta pública por todo el Maharajanato. El mensaje fue inequívoco: «Los Nigodas son una amenaza profunda para toda vida sintiente. Tratar con ellos es abrazar la aniquilación y descarrilar el propio Gilgul, el proceso de reencarnación que asegura el retorno del alma al ciclo de la existencia». La alerta enmarcó con acierto al Nigoda no solo como un peligro físico, sino como un peligro espiritual que amenaza la esencia misma del ser kenomita. Se instó a la población a mantener la máxima distancia de seguridad y a comunicar cualquier avistamiento a las autoridades.
El Sacerdocio Dharmista emite una grave advertencia: el Nigoda es una amenaza espiritual profunda que pone en peligro el Gilgul del alma, o reencarnación. Se insta a la ciudadanía a informar avistamientos y mantener la máxima distancia de seguridad (Crédito: Kenomitian).
La respuesta de Pantagruel Inc., en cambio, fue marcadamente distinta. Un memorando interno, filtrado a un consorcio informativo local, ordenaba a los supervisores «minimizar el pánico» y «garantizar que los objetivos de producción no se vean gravemente afectados». En sus comunicados oficiales, la corporación ha restado gravedad a la amenaza, refiriéndose al Nigoda como una «presencia mágica anómala» que sus «especialistas en magitecnología están trabajando activamente para contener». Esto ha generado un choque directo entre la autoridad soberana del Maharajanato y los intereses económicos de la megacorporación. Un guardia de seguridad de Pantagruel, que habló bajo condición de anonimato, lo resumió así: «Nos dicen que sigamos trabajando, que “evitemos la roca grande y fea”, pero los Sacerdotes dicen que literalmente devorará nuestra alma. Aquí fuera el miedo es real y a ellos solo les importa la cuota de Orgón».
Atrapados entre el deber sagrado y el mandato corporativo. Memorandos filtrados de Pantagruel Inc. minimizan la amenaza del Nigoda, contradiciendo de forma directa las urgentes advertencias del Sacerdocio Dharmista sobre la aniquilación espiritual (Crédito: Kenomitian).
La crisis en Patali ha sacudido la economía y la sociedad del Maharajanato. La alteración de las conexiones simpáticas y de las corrientes de Orgón a causa del Nigoda no solo ha paralizado la producción industrial, sino que también ha interferido con las prácticas mágicas del Sacerdocio Dharmista, que dependen de esa misma red energética. Se reporta que ciertos rituales menores fallan o arrojan resultados impredecibles.
La presencia del Nigoda ha perturbado el propio entramado de la red energética mística de Kenoma. Rituales mágicos fallan y producen resultados impredecibles mientras las corrientes de Orgón quedan paralizadas por la entidad ultramundana (Crédito: Kenomitian).
El futuro inmediato del polo de Patali es incierto. Pantagruel Inc. ha fortificado las áreas adyacentes a la ubicación actual del Nigoda, pero tales medidas se consideran en gran parte simbólicas dado que el constructo puede teletransportarse. No ha habido declaración oficial del maharajá, pero fuentes dentro del Sacerdocio Dharmista apuntan a un posible ultimátum a Pantagruel: cooperar con la directiva nacional o afrontar severas sanciones. Mientras la población lidia con advertencias contradictorias y con la inquietante realidad de una amenaza primordial para su Gilgul, la crisis en curso recuerda, de manera cruda, lo frágil que es el equilibrio entre vida espiritual, autoridad cívica y poder corporativo en Kenoma.








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