15 de Azrael de 1790 — Camaradas adictos a la animación: es real. Abramelin Computer Systems [1] ha revelado oficialmente una línea “premium” de figuras “embrujadas” inspiradas en Eric y Stella, los felinos de dibujos animados estrella absoluta de Yutu Omni-Media; prometen movimiento mecatrónico híper fluido, capas de realidad aumentada y un gancho sobrenatural que va muchísimo más allá del simple marketing tétrico.
El anuncio ha detonado de inmediato en todos los canales del fandom que todavía tienen pulso. Abramelin—esos tecnomantes pastel-punk con debilidad por las cortinas de terciopelo y el cromo pulido—ha presentado el lanzamiento como “una experiencia coleccionable”, no como un juguete. Para los devotos veteranos de Eric & Stella, también es todo un alarde. Estos gatos no son solo populares: son el dúo animado más rentable, más convertido en meme y más mercantilizado de la Unión Oothoona [2]; dos mascotas que, de algún modo, siguen siendo “felices” y “benignas” incluso cuando la narrativa se vuelve rarísima. Ahora Abramelin está tomando esa inocencia brillante, pasándola por ingeniería de categoría magiware y añadiendo la palabra “embrujo” como quien acerca una chispa a un barril de pólvora.
La presentación llegó con el sello de la casa Abramelin: vídeos promocionales lustrosos, iluminación dramática y el suficiente detalle técnico como para mandar a los especuladores a excavar en las profundidades del rumor. En el material oficial, las figuras se presentan como marionetas mecatrónicas de alta gama, piezas de exposición que se mueven con el tipo de gesto suave y continuo que uno esperaría de animatrónicos de parque temático, no de figuras de estantería. El fandom se ha lanzado de inmediato a compararlas con “los animatrónicos más avanzados del mundo”, y se entiende: los clips de demostración se recrean en las micro-gestualidades: pequeños tics de oreja, parpadeos lentos, una cola que parece “decidir” dónde descansar.
Si Abramelin aspira al efecto “me está mirando”, no lo está ocultando. Toda la vibra de la línea es: es mona… y te nota. Y luego está la palabra que han elegido como gancho: embrujo. No “encantada”, no “animada”, no “interactiva”. Embrujada.
She isn’t just a collectible; she’s a witness. The Stella figurine features silvered optics designed to track movement with predatory precision. Credit: Kenomitian
La jerga técnica oficial de Abramelin es extrañamente concreta para una compañía que suele envolver sus productos en niebla estética. He aquí lo que coinciden en señalar el material de lanzamiento y los rumores filtrados: las figuras no dependen de bruscos estallidos neumáticos ni del aparatoso empuje de la hidráulica vieja escuela. En su lugar, se construyen en torno a densas matrices de servomotores silenciosos diseñados para la sutileza. El resultado práctico es aquello con lo que los coleccionistas sueñan: micromovimiento. No grandes gestos. No un “saluda con la patita”. El pequeño ajuste de postura que insinúa atención. El casi imperceptible cambio en la comisura de la boca que se lee como un chiste privado.
Es ciencia ficción retrofuturista en el mejor sentido: como si alguien hubiera cogido la fantasía clásica del “compañero robot”, la hubiera bañado en esmalte pastel y después la hubiera afinado hasta poder situarla, a voluntad, en el lado inquietante del Valle Inquietante. También importa el sub-branding de Abramelin. Los créditos de ingeniería que circulan por los espacios de fans señalan a Gruff Company como constructor clave: una de esas filiales de Abramelin que siempre parece implicada en los proyectos del tipo “¿cómo demonios han hecho esto?”. Se nombre o no oficialmente a Gruff en el empaquetado final, la huella es familiar: movimiento fluido, mecánica silenciosa y una obsesión por la sensación de presencia.
Abramelin vende las figuras como “embrujadas”, y en nuestro mundo ese término pesa. La interpretación favorita del fandom—y la que la propia campaña de lanzamiento anima suavemente sin llegar a confirmarla—es que cada figura está Fettered a un Jynx, un fantasma digital anclado en algún punto de Beulah: la Red Global Ciberespacial. En términos de fansite: tu Eric o tu Stella no está ejecutando simples animaciones en bucle. La “personalidad” no es solo un paquete de voz. La figura estaría supuestamente ligada a una entidad capaz de reconocer patrones, adaptar respuestas y comportarse como una presencia continuada; un eco que vive a medias en tu habitación y a medias en Beulah.
Esa idea ha provocado dos reacciones igual de intensas y opuestas. Un lado grita: “GATO MEJOR AMIGO INMERSIVO”. El otro susurra: “Así que has comprado una cajita sonriente para un fantasma que puede leer tu feed”. Y ambos tienen, en el fondo, algo de razón, dependiendo de lo que haga realmente el protocolo Beulah de Abramelin bajo el capó.
El material de lanzamiento insinúa “ecos” y “embrujos” como conjuntos de funciones: efectos que pueden manifestarse como cambios de atmósfera, estímulos sensoriales y bromas de realidad simulada que parecen sacadas directamente de un episodio de Eric & Stella. En la interpretación más amable, es una ilusión curada: olor a canela cuando Stella entra en su faceta “brujil”, un instante de frío sobre la estantería cuando Eric se pone gamberro, un parpadeo de luces en la habitación sincronizado con un remate cómico. En la versión más picante, no se trata solo de ambientación cronometrada. Es un mini-remolino contenido y de consumo doméstico: un bolsillo de rareza controlada que reacciona a ti. Y Abramelin, como buena Abramelin, no se está dando prisa por desmentir ninguna de las dos lecturas.
La pieza más moderna—y a la vez más retrofuturista—de esta presentación es la capa de realidad aumentada.
Los fans de Abramelin llevan años suplicando por una RA que no se sienta como un mero gimmick, y la línea Eric & Stella parece construida en torno al concepto, no con la RA grapada al final. Las figuras no son simplemente “escanea para desbloquear un filtro”. La RA se plantea como un segundo plano de actuación que prolonga la mecatrónica hacia el espacio Beulah. Imagina: apuntas tu dispositivo a Stella, y el movimiento físico de la figura se mantiene sutil, mientras la superposición de RA proyecta su juego de sombras a lo grande: volutas, destellos, filigranas espectrales. Apuntas a Eric y su gag de “descarga estática” se convierte en un arco chisporroteante animado sobre tu escritorio.
Si Abramelin acierta, la balda se convierte en escenario y tu habitación en un set. Los fans ya están teorizando que el «embrujo» es en parte física y en parte RA: el efecto en el mundo real hace lo justo para vender la ilusión, mientras que la capa Beulah entrega el espectáculo de dibujos completo sin destrozar las leyes de la realidad local. Ese desdoblamiento tiene sentido. Es más seguro. Es más limpio. Y es, además, una respuesta Pastel Punk perfecta a una fantasía muy vieja: ¿y si los dibujos animados pudieran filtrarse en tu vida sin arrasarla?
The AR layer isn’t a gimmick—it’s an extension of the soul. Stella’s shadow-work manifests through the Beulah protocol, revealing the huntress within. Credit: Kenomitian
Abramelin sabe exactamente qué está vendiendo: no solo robots, no solo coleccionables, sino personajes.
Stella se presenta como la cazadora estilizada, envuelta en sombras. El diseño de la figura, según se comenta, refuerza sensaciones de frío al tacto y detalles plateados: señales sensoriales que encajan con su aura de “chica cool”. Los fans están especialmente obsesionados con cómo se han resuelto sus ojos: grandes, vidriosos y demasiado enfocados, el tipo de artesanía que te hace sentir observado incluso cuando finges que no lo notas.
Eric es la mascota del caos: el pícaro naranja que convierte cualquier situación en un desafío. El set de movimiento de su figura en los teasers es más rápido: inclinaciones de cabeza vivas, cambios de postura impacientes, ese aire de “estoy a punto de hacer una tontería”. El fandom le adora porque es valiente como solo un dibujo puede serlo: temerario, leal y absurdamente confiado frente a las leyes de la física.
Eric remains the Oothoonian Union’s most bankable chaos mascot, now capable of discharging ‘static gags’ that blur the line between animation and arson. Credit: Kenomitian
La presentación incluye también una exhibición presencial en Hocus Pocus Land, en Alakazam, Oothoon: una atracción dedicada a Eric & Stella que, según se rumorea, está diseñada como un recorrido por un “ático embrujado”.
Quienes la han visitado describen una zona de sobrecarga sensorial donde versiones gigantes de la pareja actúan en un entorno semiestructurado, respondiendo al público con una precisión inquietante. La anécdota que más se repite es la del reconocimiento: la sensación de que Stella está siguiendo a una persona concreta, y no mirando vagamente al vacío como un simple decorado. Sea auténtica identificación o puesta en escena impecable, es el mismo efecto que los parques temáticos persiguen desde hace décadas: atención personal sin romper el show. Es la inspiración de los animatrónicos de Disney brillando entre líneas, filtrada por la sensibilidad Pastel Punk de Abramelin, donde toda superficie es brillante y mullida, y toda sombra resulta sospechosamente elegante. Para los fans, además, es un bucle de marketing perfecto: ves las versiones grandes en el parque y luego quieres las pequeñas en casa. La fantasía se vuelve portátil.
At Hocus Pocus Land, the scale increases, but the intimacy remains. Visitors report an unsettling sense of recognition as Stella’s massive optics track their every move. Credit: Kenomitian
Abramelin está tratando este lanzamiento como un producto insignia, no como un experimento marginal de merchandising. El runrún de las preventas ya está lleno de expresiones como “tirada limitada”, “primera oleada” y “variante”. La edición más codiciada, según los rumores, será una versión “ectoplasma” con efecto de brillo—porque, claro, ¿cómo no? Si vas a vender felinos embrujados, vas a vender el que parece salido de una sesión de espiritismo neón. Los fans también se preparan para el teatro de escasez clásico de Abramelin: ventanas de reserva cronometradas, escaladas de hype y locura en el mercado secundario antes incluso de que salga la primera remesa.
For the truly devoted, the ‘Ectoplasm’ variant offers a neon séance in every box—a pocket of controlled weirdness for the modern Kenomitian shelf. Credit: Kenomitian
Y, si tienen suerte, Eric se reirá, Stella parpadeará y su habitación olerá levemente a canela—solo un segundo—como una broma de dibujos animados filtrándose por las grietas.
Notas extraídas del Compendio Kenomita
[1] Abramelin Computer Systems: megacorporación de estética Pastel Punk, dedicada al desarrollo de software, magiware y multimedia, así como la compraventa de bienes raíces y la creación de
autómatas. Se le considera una “idílica” organización para la cual trabajar…, gracias a periódicas sesiones de lavado de cerebro.
Instantánea de Abramelin Computer Systems (Crédito: Kenomitian).
[2] Unión Oothoona: distopía Decopunk organizada como un esquema piramidal con un monarca absoluto, el Eupraxus, en su cima; quien comanda a los Perfecti: individuos, organizaciones y linajes que actúan bajo total inmunidad siempre y cuando impongan los edictos reales que reciben desde la capital: Lōs. Fue fundada a través de la unificación de la Federación Metis (democracia exclusiva y Steampunk), el Sagrado Reino de Zagreo (teocracia Raygun Gothic),
Fanes Eupatria (las tierras ancestrales y Decopunk de las dinastías Eupraxii), los Territorios de Asterope (colonias extra-dimensionales de estética Steelpunk), y Sideris-Dominaria (colonias extra-planetarias de estética Atompunk).
Instantánea de la Unión Oothoona (Crédito: Kenomitian).
