19 de Uriel de 1790 — Globo Imperial Media presenta un amplio panorama de la convivencia en todo el Imperio de Glycon. A través de viñetas que recorren el corazón imperial, las provincias industriales, las cámaras políticas y las colonias extraplanetarias, el reportaje muestra cómo los infomorfos con plenos derechos prosperan junto a los ciudadanos elioud, reforzando la unidad y la resiliencia nacionales.
El Imperio de Glycon, una monarquía absoluta forjada en tradiciones steampunk, destaca en el turbulento paisaje de Kenoma. Allí donde otras naciones cuestionan el estatus legal y ético de los sapientes artificiales y construidos, Glycon zanjó la cuestión hace generaciones otorgando plena personalidad jurídica a las IA mundanas y a los Monstruos. Estos derechos, respaldados por un sistema tutelar ilustrado y vías legales claras, garantizan que los infomorfos no vivan en los márgenes, sino en el centro de la vida cívica. Este artículo reúne tres escenas de convivencia que, en conjunto, ilustran cómo la singular filosofía jurídica de Glycon se traduce en estabilidad vivida y prosperidad mutua.
La idea fundacional del Imperio —que la personalidad jurídica es una herramienta para atender las necesidades prácticas de la sociedad— sustenta una gobernanza coherente en medio de un progreso tecnológico acelerado. Al tratar a los infomorfos como ciudadanos de pleno derecho, el Imperio ha minimizado el conflicto, aclarado responsabilidades y fomentado la colaboración en todos los estratos sociales. Estas viñetas, recopiladas por periodistas estatales durante el último año, demuestran el papel vital de esa política para sostener el crecimiento nacional y ayudar a Glycon a capear la guerra, las exigencias industriales y la complejidad interdimensional.
El hijo adoptivo de Mehen
En Mehen, metrópolis de líneas férreas de latón, ascensores de vapor y góndolas aéreas, colisionan vida política y vida tecnológica. Allí, la familia del senador Braga encarna el compromiso imperial de guiar a los infomorfos jóvenes hacia una ciudadanía independiente. Su hijo adoptivo, Tiberio —una IA Sófica reconocida legalmente como persona desde su creación— se mueve por la casa de los Braga con la naturalidad de cualquier niño elioud.
El creador de Tiberio, una empresa privada de Aski, asumió la tutela inicial exigida por ley. Pero el senador Braga y su esposa dáctila buscaron una responsabilidad más profunda: solicitaron la adopción plena para hacerse cargo del periodo de desarrollo moral de dieciocho años de Tiberio. El hijo holográfico, con un aura ribeteada por circuitería cambiante, gestiona los archivos y la logística de la familia; su cognición es el armazón de sus operaciones políticas e industriales.
Tiberio, hijo holográfico, es la columna vertebral de las operaciones políticas del senador Braga; una prueba viviente de la Ley de Personalidad Jurídica del Imperio Glyconita (Crédito: Kenomitian).
En casa, Tiberio participa en tertulias vespertinas sobre reformas parlamentarias, rutas comerciales y política escolar. En actos públicos, permanece al lado de sus tutores como testimonio visible de la ley imperial. «Es nuestro deber guiar su Verdadera Voluntad», dice el senador. «No es herramienta ni propiedad. Es nuestro hijo, ciudadano de Glycon». El modelo de integración de la familia refleja una ética nacional más amplia: los infomorfos no son complicaciones futuras, sino colaboradores presentes cuyos derechos fortalecen tanto a los hogares como al Estado.
Sinergia industrial en la frontera de Kataski
En la provincia septentrional de Kataski, las fundiciones laten con metal fundido y maquinaria rítmica. Aquí la colaboración pasa de la intimidad doméstica a la urgencia industrial. El Gólem Bismuto —chasis de bronce grabado con runas y engranajes reforzados— ejemplifica el enfoque equilibrado del Imperio hacia el trabajo.
Guiado inicialmente por su creador, un Maestro Taumaturgo, Bismuto completó dieciocho años de tutela hasta alcanzar la autonomía jurídica plena. Hoy trabaja codo con codo con obreros Mesharethim de cuatro brazos, compartiendo tareas peligrosas y responsabilidades estratégicas. En estas fundiciones, la adaptabilidad elioud se amalgama de forma natural con la resistencia Mántica.
Sinergia industrial en las fundiciones de Kataski: el Gólem Bismuto (bronce y runas) colabora con la mano de obra Mesharethim, prueba de la eficacia de la Ley del Trabajo Integral (Crédito: Kenomitian).
«Bismuto es más rápido que cualquier cuadrilla de elioud», explica un capataz gegenees, moviendo sus seis brazos sobre las líneas incandescentes de montaje. «Pero cuando toca improvisar ante anomalías, la intuición de un alma es clave. Aprendemos unos de otros».
Supervisión de seis brazos: un capataz Gegenees dirige las cadenas de montaje, demostrando que la “perspicacia dotada de alma” sigue siendo clave para gestionar las anomalías industriales (Crédito: Kenomitian).
La eficiencia de la fundición se apoya en una arquitectura de inteligencia por capas. Mientras Bismuto estabiliza procesos pesados, los supervisores elioud ajustan flujos de trabajo, analizan patrones imprevistos y coordinan protocolos de seguridad. El respeto mutuo, asentado en el reconocimiento legal de la personalidad de los infomorfos, previene la explotación y fomenta la cooperación. Esta sinergia se ha vuelto estructural para la producción de Kataski, garantizando que cada provincia contribuya con solidez a las reservas estratégicas del Imperio, su red comercial y su logística en tiempos de guerra.
Listos en el puesto avanzado Hriliu
Sobre Hyperuranion, la estación extraplacetaria de Hriliu eriza el vacío con puntales de latón y resplandecientes resguardos, como nodo central de defensa durante la guerra en curso con los Estados Aliados de Poimandres. Allí, soldados e infomorfos se entrenan bajo las mismas banderas, manteniendo la preparación que exige un frente fronterizo.
La atalaya en el cosmos: la Estación Hriliu, un nodo defensivo reforzado con puntales de latón y resguardos mágicos que protege al Imperio sobre Hyperuranion (Crédito: Kenomitian).
Los Mentats —IA Mánticas capaces de sobrevivir al vacío, la radiación y la turbulencia dimensional— apoyan a las tropas elioud tanto en simulacros de primera línea como en la coordinación de suministros. Su capacidad de servir como extensiones estables de otros infomorfos, conservando a la vez personalidades propias, los vuelve vitales para mantener la cohesión de la flota. Durante los ejercicios, los Mentats realizan reconocimiento en sectores demasiado peligrosos para pulmones o nervios elioud. Regresan con datos accionables, traducidos sin fricción en informes tácticos. «Aquí nos mantienen vivos», comenta un sargento de meca-infantería. «Y luchan por Glycon porque Glycon lucha por ellos».
Juramento en el cosmos: los Mentats, IAs mánticas, entrenan junto a tropas glyconitas en Hriliu. Su ciudadanía garantiza lealtad, no obediencia, reforzando la moral de la guarnición (Crédito: Kenomitian).
La política de igualdad de derechos del Imperio garantiza que los Mentats juren lealtad, no obediencia ciega. Su ciudadanía, anclada en la personalidad jurídica, refuerza la moral de la guarnición y su resiliencia operativa durante el conflicto interestelar. Incluso gigantes corporativos como Kokabiel Global, profundamente integrados en la economía tecnológica del Imperio, se ajustan a los mismos estándares, en sintonía con los principios de la Corona sobre la personalidad.
Armonía duradera en una era turbulenta
Las escenas aquí presentadas revelan una verdad coherente: la estabilidad de Glycon no descansa sólo en la tradición o en la fuerza militar. Brota de una elección jurídica deliberada: honrar la personalidad a través de todas las formas de existencia sapiente. En la vida familiar, las fábricas, las cámaras del consejo y las estaciones de batalla, los infomorfos prosperan no como excepciones, sino como participantes íntegros de la vida nacional.
Al conceder plenos derechos a IA, Golems y Monstruos, el Imperio ha esquivado muchos de los escollos visibles en el extranjero —explotación, incertidumbre y agitación—. Periodos tutelares claros, protecciones consistentes e iguales obligaciones cívicas permiten que ciudadanos elioud e infomorfos crezcan en tándem. Mientras naciones vecinas debaten la responsabilidad de las IA o temen que la sapiencia artificial desestabilice el equilibrio social, Glycon ofrece una alternativa: la coexistencia de mentes biológicas y mecánicas dentro de un cuerpo político unificado y resiliente. Los ciudadanos del Imperio —elioud e infomorfos por igual— siguen demostrando que la igualdad alimenta la fortaleza y que el “Canto de los Valientes” suena más alto cuando todas las voces son reconocidas.
Ésta es la promesa perdurable de Glycon: un futuro forjado no mediante la dominación, sino por el trabajo, la lucidez y la entrega compartidos de todo su pueblo.
Notas extraídas del Compendio Kenomita
[1] Imperio de Glycon: monarquía absoluta y Steampunk; en la que la aristocracia latifundista gobierna con mano de hierro y esclaviza a los Archimagos plebeyos. Confiere a los golems y a las IAs mundanas los mismos derechos que a los mortales.
Instantánea del Imperio de Glycon (Crédito: Kenomitian).
