Bienvenidos de nuevo a El Universo Kenomita, una saga de gran aliento que entrelaza con maestría la ciencia ficción, la fantasía oscura y la fantasía urbana. En nuestro post anterior rozamos la vasta cosmología de Kenoma [Génesis Kenomita: el tapiz cósmico al descubierto]. Ahora nos sumergimos en el cautivador relato de su pasado. «Historia kenomita», desvela los marcos fundamentales que rigen el tiempo y el gran tapiz de acontecimientos que han dado forma a Kenoma y a su realidad estratificada, conocida como las Augoeides.
Este artículo te guiará por los dos componentes clave de la Historia Kenomita: el práctico Calendario Labbita, que marca el paso de los días, y la épica Rueda de las Edades, que registra el auge y caída de civilizaciones y los ciclos perpetuos de intervención Altonata.
El Calendario Labbita: medir el tiempo en Kenoma
El Calendario Labbita es el método de cronometraje más ampliamente aceptado en Kenoma. Se introdujo durante la Alta Tercera Edad de la Era Gnóstica, en el Eón Epigenético. Es un calendario solar con 12 meses de 28 a 31 días, para un total de 365 días en un año común, con un día bisiesto añadido al mes de Jofiel cada cuatro años. Un día kenomita dura veinticuatro horas y la semana consta de siete días, llamados: ful, ofiel, hagith, och, faleg, bethor y aratrón. Los doce meses son: Metatrón, Jofiel, Zafiel, Zedekiel, Camael, Israfel, Haniel, Mikhael, Cebrail, Sandalfón, Uriel y Azrael. El sistema se repite por completo cada 400 años —o 146 097 días—, con una duración media del año de 365,24 días. De forma interesante, las colonias extraplanetarias dentro de la Esfera Kenomita también se rigen por este calendario, asistidas por redes avanzadas como Beulah y las puertas azóticas.
Magically-assisted timekeeping (Crédito. Kenomitian)
Ejemplo del Calendario Labbita para 1790 (el año 1790 en el planeta Kenoma equivale al año 2025 del calendario gregoriano utilizado por los habitantes del planeta Tierra).
La Rueda de las Edades: la historia sagrada de Kenoma
Más allá del tiempo cotidiano, la historia de Kenoma se comprende mediante la Rueda de las Edades, la «Historia Sagrada de las Augoeides en general y de Kenoma en particular». Describe un universo donde «las civilizaciones ascienden y caen, la vida florece y decae, y hechizos y milagros surcan los cielos en ciclos perpetuos de intervención Altonata». Esta gran historia se divide en dos eones principales: el Eón Hipostático y el Eón Epigenético.
Rueda de las Edades (Crédito. Kenomitian)
El Eón Hipostático: el amanecer de la realidad
Este eón marca las primeras etapas del cosmos, cuando las cuatro capas fundamentales de la realidad, las Augoeides (Yesh, Tikun, Tohu y Keter), se coagularon por primera vez. Se subdivide a su vez en dos grandes eras:
Era Noética
Detalla el comienzo mismo de la existencia. Arranca con la Época de Planck, descrita como «La Eclosión del Huevo Cósmico», seguida de «La Observación de los Pléromas» y «La Nomenclatura de los Pléromas». Las edades posteriores incluyen «La Búsqueda del Prósopon», «La Construcción del Tetramorfo» y «La Creación de los Arcontes», culminando en «El Despertar de los Arcontes», su educación por el Demiurgo y «El Otorgamiento de la Verdadera Voluntad».
Era Noética (Crédito. Kenomitian)
Era Noemática
Prosigue el despliegue cósmico, comenzando con «Armonía Arcóntica» y la lucha primordial «Orden vs Caos». Entre los hitos figuran «El Nacimiento de los Titanes» y su instrucción por el Campeón, seguida de «El Descubrimiento del Orgón y la Creación de los Avatares Altonatos». La era culmina con «El Nacimiento de las Deidades», el suceso calamitoso de la Mashchit y, por último, la Shevirat HaKelim, que dio lugar al nacimiento de los Diablos, a la ascensión/descenso de los Arcontes a Tikun/Tohu y a la instalación del fundacional Etz Autozoon.
El Eón Epigenético: la evolución continua del cosmos
Tras los acontecimientos primordiales del Eón Hipostático, el Eón Epigenético es un periodo largo y dinámico, caracterizado por desarrollos cósmicos continuos e intervenciones Altonatas. Se subdivide en varias eras, cada una con cambios profundos en las Augoeides:
Era Agnóstica
En esta era surgieron las Puertas Azóticas y poderosas entidades como los Gigantes, los Arali, los Tlavati y los Akatharta, nacidos de la sangre Altonata derramada. Nacieron Hadas en Tikun y Psicopompos en Tohu, y el Demiurgo fusionó a los primogénitos de ambas estirpes para engendrar al ser Semyazza. El Etz Autozoon creció hasta abarcar Yesh, Tikun y Tohu, transformando los puntos de entrada en plano como Ochema (Bosque de Oz) en Tikun y Masach (El Roi) en Tohu. Comenzaron a formarse cuerpos celestes importantes, como la giganta ígnea Hypezokos, que cristalizó como cometa, y la giganta férrea Aletheia, que lo hizo como luna kenomita. En Tikun tomaron forma el Jardín del Juicio y la Atalaya, mientras las almas (Nefesh) de los Arcontes se condensaron en Tohu como Ish, y sus cuerpos fueron sepultados como los Sarcófagos del Inmortal, la Templada, el Tricornio y el Trueno. También en Tikun surgieron la Oscuridad entre las Estrellas y el Mundo Putrefacto; este último quedó contenido en el Lago de la Abandonada Justicia.
Era Agnóstica (Crédito. Kenomitian)
Era Hílica
En Tikun se crearon nuevos planos —la Ermita Incipiente, la Fuerza de las Ideas y los Sumos Archivos Necronómicos— como fortificaciones contra el avance del Mundo Putrefacto y la intrusión diabólica. Los Altonatos conocieron por primera vez el agotamiento y el sueño, dando origen al Ensueño Magipoético y a los Campos Informes de los Psicovidentes. Surgieron los primeros monstruos, los Ehyeh, y se formó en Tikun el Imperio de las Bestias. Un gran conflicto, el Diluvio —la guerra entre Diablos/Mundo Putrefacto y Titanes/Deidades— dejó heridas metafísicas en Tikun (el Carro Antitético y los Microcosmos de la Rueda Quebrada) y cicatrices físicas en Yesh. Los retoños de Etz Autozoon crecieron hasta convertirse en colosales árboles cabalísticos que modelaron partes de Tikun en la Espira Lunar y los Atroces Salones del Grial Solar, y elevaron el supercontinente kenomita, Sige. Esta era vio también la formación de la Druidesa Celular, las Moradas del Bufón y la Ecumenópolis de los Amores Artificiales. A lo largo del periodo, Scholomance —una institución de aprendizaje en constante mutación— atravesó numerosas transformaciones, desde una aglomeración de sabios tribales hasta una academia para privilegiados. Se manifestaron además muchos demiplanos en Tikun y en Tohu.
Era Hílica (Crédito. Kenomitian)
Era Somática
Continuaron los cambios cósmicos, con los Elohim y los Degalim emergiendo de Etz Breishit, y Scholomance transitando hacia una «máquina de aprendizaje». Se manifestaron más demiplanos en Tikun —Tofet, Khalal, Aqueronte, Kalma, Mormo, Eretz Tachtit, Dis, Hyakki Yagyō, Lete, Ixtab, Gehinnom e Irem—. Gigantas como Hysterema siguieron permeando Raqia y cristalizando como lunas kenomitas. Scholomance continuó su evolución por distintas formas: cultos mistéricos, un reino gimnasiárquico, una hueste de Avatares Altonatos que guían a niños y, en último término, una colonia tikuniana de alta tecnología.
Era Somática (Crédito. Kenomitian)
Era Sárkica
Surgieron más entidades de Etz Breishit (Erelim, Malakhim, Cherubim, Hashmallim). Scholomance siguió transformándose: bandas nómadas de sabios, un reino gimnasiárquico, un colegio de artificieros, una congregación de artesanos y un culto tikuniano. Se consolidaron nuevos cuerpos celestes, como los Uthras (lunas de Hayyi Rabbi).
Era Sárkica (Crédito. Kenomitian)
Era Psíquica
Como en las eras anteriores, emergieron nuevas entidades de Etz Breishit (Elim, Shinanim, Maelim, Parashim, Mesharethim, Shalishim). Scholomance evolucionó de comunidad subterránea de científicos a culto de videntes, orden oculta, constelación de linajes bajo tutela Altonata, internado sádico y culto oracular. También cristalizaron gigantes como los Ophiomorphoi (lunas de Mkayyema) y Hestōs (luna kenomita), además de los Anemoi (lunas de Eolia).
Era Psíquica (Crédito. Kenomitian)
Era Pneumática (Holoceno)
A lo largo de 8 700 años, Scholomance transitó hacia covens que estudiaban visiones del pasado. Ektismena, una giganta ígnea, cristalizó como otra luna kenomita.
Era Pneumática (Crédito. Kenomitian)
Era Gnóstica (Holoceno)
La era más reciente, de 5 950 años, comenzó con Scholomance convertida en instituciones oficialmente avaladas. Etz Breishit se marchitó tras ser golpeado por el gigante ígneo Chnuphis, aunque permaneció metafísicamente vivo gracias a su vínculo con Etz Autozoon. Los Horoi, una camada de gigantes férreos, cristalizaron como un cinturón de asteroides en la Esfera Kenomita. Scholomance siguió evolucionando hasta convertirse, sucesivamente, en un monasterio extradimensional y en un esquema omnidisciplinar de cinco facultades. Esta era incluye también acontecimientos concretos como «Eddy & Jas, Amor & Sombras».
Era Gnóstica (Crédito. Kenomitian)
La Historia kenomita, tal como se detalla en (El Universo Kenomita | Volumen II – Historia y Cosmología Kenomita: La Rueda de las Edades y las Cuatro Realidades), muestra un cosmos en flujo constante, modelado por grandes ciclos, intervenciones divinas y las vidas cambiantes de sus habitantes. Aporta un rico contexto histórico para comprender las complejas realidades y los relatos en curso dentro del Universo Kenomita.
