La Canción del Ensueño. (Créditos: H.A Matos)
Transcripción del tripartito documental “La Voz del Creador”, narrado por el periodista sofiano (liderco) [1] Dávid Katona: Elfo Luminoso [2] y Permeador [3]; emitido por primera vez el 30 de Camael de 1798, Baja Tercera Edad de la Era Gnóstica en el Eón Epigenético; en la plataforma AO-AO del Grupo Asbeel [4].
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Episodio I
“OBSESIÓN”, narrado por Dávid Katona. Emitido por primera vez el 30 de Camael de 1798, Baja Tercera Edad de la Era Gnóstica en el Eón Epigenético; a las 21:19.
Dávid Katona (Credit: H.A Matos)
Primera Parte: El relator
Escena: Un complejo diagrama representa las realidades de la Cosmología Kenomita: los Augoeides (el universo mundano, designado como Yesh; las etéreas dimensiones de Tikun, habitadas por las hadas; las profundidades del Más Allá en Tohu, a cargo de los psicopompos; y la recluida y sacrosanta Ousía, origen de las almas y hogar del Demiurgo); en la corteza de un olmo empapado de sangre y azotado por una tormenta de nieve. Una bandada de pájaros banshee, revoloteando con sus negras alas y plañendo a través de sus quirópteras fauces, puede vislumbrarse como sombras al fondo; y los sonidos de la música clásica crean una atmósfera a la vez maravillosa y espeluznante.
A representation of Kenomitian Cosmology (Credit: H.A Matos)
Todos la hemos oído alguna vez: una fabulosa melodía que “arropó” a nuestras células, penetró en nuestras mentes desde realidades distantes, y nos imbuyó con una mezcla de horror y atracción por lo desconocido y lo sublime; y con la misión de localizar su origen y “compositor”. Provenía de la dimensión tikuniana de Chokhmah: la tormentosa y hierática región que funge como “faro metafísico” para todos los mundos; y se trataba de La Señal de Da’at, la última frontera entre éstos y el trono de Abraxas Leontoeides, el Demiurgo Etérico: creador de las especies sapientes, inventor de la Magia, administrador del cosmos y ermitaño celeste. La mayoría ignoró su clamor, saciando nuestra sed por lo trascendente con mundanos peregrinajes; pero otros sucumbimos a la tentación, e intentamos contactar al más inaccesible de los Altonatos.
Escenas:
(1) Una nevada villa rural, completamente en llamas mientras una aeronave de cnidaria apariencia parte de ella, al tiempo que numerosos disparos resuenan en la lejanía.
Credit: H.A Matos
(2) Una vaca bicéfala rumia plácidamente en una poluta pradera, masticando musgo bioluminiscente bajo un cielo crepuscular.
Credit: H.A Matos
En mi caso, La Señal se apoderó de mi mente durante el invierno del 97, mientras reportaba (para el Grupo Asbeel) los pormenores de una rebelión de esclavos en Aisa, la colonia tikuniana fundada por Termagante [5] n el Bosque de Oz: una oscura selva creciendo entre las dimensiones, desestabilizando los portales entre éstas. Arrebatándome el control de mis sentidos, me “obligó” a alejarme del fuego, la sangre y los disparos; y a cruzar el portal más cercano, que desembocó en los baldíos de Eretz Tachtit (la amalgama definitiva de todos los escenarios post-apocalípticos) en Sheireil: el simbólico “reino” de la entropía. Deambulé bajo su eterno crepúsculo por una larga hora hasta dar con… algo que solo es describible como “epifanía”: la certeza de que viajaría a Da’at, ¡¡filmándome y compartiendo mis experiencias con el mundo en el proceso!!
Sin embargo, pronto descubrí que el material resultante no bastaría para saciar a las masas, transmitir la magnificencia del Creador y exultar las proezas de mis predecesores. Gracias a los recursos del Grupo, mi epopeya corría el riesgo de verse reducida a: pagarle a un hechicero Archimágico para que crease un portal artificial, usar sus poderes como un atajo a Chokhmah, y filmar un par de escenas cutres. Por eso decidí “amenizar” el trayecto con las peripecias de seis colonos, libertinos y sabios en los mutables horizontes de Tikun; guiados por La Señal.
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Escena: Miles de lápidas, monumentos y mausoleos se alzan como grises torres ante una curvada muralla de sombras, azotadas por una ventisca y acompañadas por un mediocre facsímil de La Señal (interpretado por un maníaco violinista); mientras radiantes reflectores escanean el paisaje. Un acorazado fantasma (cubierto por un quitinoso caparazón violeta) se aproxima a la cámara, con la cara abierta como una flor carnosa y amoratada.
Credit: H.A Matos
Con el objetivo de facilitar mi “peregrinaje a la frontera del universo”, recurrí a los servicios de la Sociedad Malebranche de Arcanistas (SMA): organización internacional financiada por todas las megacorporaciones, así como la mayoría de los gobiernos kenomitas y tikunianos, y dedicada a la colonización y exploración de otras realidades; a través de la cual adquirí una aeronave atómica operada por una IA. Estéticamente semejante a una mosca, venía equipada con un mapa de los atajos más seguros y los portales más estables; y expeditó mi viaje hasta caer en la mundanidad, privándome de una miríada de aventuras y entornos rocambolescos. Cuando por fin arribé a las afueras de Da’at, y contemplé su esplendor a través de las cuasi-oculares e insonorizadas ventanas de la nave, su sublime y multifacética naturaleza se hizo aparente:
No me hallaba ante un objeto material: una muralla que me separaba del Creador, sino ante un entramado de conceptos: la separación en sí misma. Mis sentidos biológicos la percibieron, simultáneamente, como una impenetrable y enlutada nube, un campo de fuerza invisible, y una “cosa” instintivamente aterradora; mientras que mi Magia la interpretó, sinestésicamente, como una estructura constituida por nociones puramente abstractas…, y una pixelada distorsión en el rabillo del ojo. De Oriente a Occidente titilaban en ella los hipnóticos arquetipos de: la sal, las flores, el metal afilado, la música, la felicidad, la sabiduría, el amor, el odio, las historias, los colores, las gemas, las sombras, las luces fluorescentes, el vidrio, la comida deliciosa, las gaseosas, las espinas, la madera quemada, el hielo, los hongos, el plástico, la electricidad, la carne podrida, las enfermedades, el sufrimiento, la depravación, la radiación, los huesos, la polución, la piedra negra, la gasolina, las estrellas muertas, los explosivos, el carbón ardiendo, los jóvenes sacrificiales, las cabezas animales cercenadas, y un puñado de clavos místicos empapados en la sangre de los Altonatos. Los sensores de la nave solo captaron una muralla de sombras y la sempiterna “música” que emitía: La Señal; y lo único “ordinario” que pude discernir fue la eterna ventisca que la rodeaba.
Apenas capaz de apartar mis ojos, y atento a los tintineos con los que la IA indicaba su intención de aterrizar, consulté las historias de mis predecesores, en seis holográficas y tridimensionales “burbujas”:
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Continúa en el Episodio 2…
Notas extraidas de Compendio Kenomita
[1] Sagradísimo Principado de Sofía: alianza monárquica y pseudo-teocrática entre cinco estados Gothic Punk: el Imperio de Lidérc, la República Dinástica de Lubia, Kulshedra Unida, el Reino de Stihi, y la Hegemonía Autocéfala de Lugat, el Banato de Zduhać (colonias extra-planetarias) y la Confederación Dragùa (colonias extra-dimensionales). Su sociedad opera como un culto a la personalidad centrado en la nobleza, y la hematofagia es tan prestigiosa como la enología.
Instantánea del Sagradísimo Principado de Sofía (Créditos: Kenomitian)
[2] Elfos Luminosos: subespecie de los Elim. Son altos y anfibios humanoides con orejas puntiagudas, largos dedos, rostros inhumanamente enjutos y angulares, dos bocas provistas de largos colmillos, pieles cuya pigmentación incluye todos los colores, y ojos completamente bañados en colores claros.
[3] Permeación: elevada variante del Mesmerismo que confiere el poder de engañar infaliblemente, eliminar rastros físicos, crear ilusiones y controlar la intangibilidad.
[4] Grupo Asbeel: megacorporación de estética Teslapunk, prominente en los sectores financiero y logístico; así como la exploración extra-dimensional, la industria pesada, la tecnología ambiental, las aseguradoras, el comercio electrónico, la computación en la nube, la transmisión en directo y la trata de esclavos. Todos sus ejecutivos de alto nivel residen en colonias extra-dimensionales en Tikun, conviviendo con IAs que disfrutan de los mismos derechos que los mortales.
Instantánea del Grupo Asbeel (Créditos: Kenomitian)
[5] Provincias Unidas de Termagante: matriarcado Raygun Gothic ubicado al este del Mar de Zoë (en el sudeste Sigenio), y gobernado por tres misteriosas féminas conocidas solo como las Moiras, quienes imponen el uso de máscaras/sombreros/cirugía plástica/modifi–caciones biológicas a sus burócratas y gobernadoras femeninas; y promueven el tatuado de los hombres según su papel en la sociedad. Oprime y/o esclaviza a su población masculina (tratando a los “hombres libres” como ciudadanos de segunda categoría), y constantemente tiene que lidiar con rebeliones igualitarias/misóginas.
Instantáneas de las Provincias Unidas de Termagante. (Créditos: Kenomitian)




